domingo, 2 de junio de 2019

MILAGROS FIGUEROA


Muñecas llenas de historia


 MILAGROS FIGUEROA La muñequera de Guayana





Muñecas llenas de historia
Patrimonio cultural viviente de Ciudad Guayana, artista del trapo, guerrera, curiosa, esa es Milagros Figueroa, conocida como la muñequera, una mujer que es un libro de historia de su región.

Gloria Luzardo

Le dicen “la muñequera” por los trabajos que realiza, utilizando el trapo como medio artístico recrea personajes históricos de la región en busca de dar a conocer todo lo que está detrás del personaje, utilizando el muñeco como elemento didáctico para difundir la historia de Guayana y del país.

Nacida el 20 de febrero de 1947 se ha dedicado a la cultura guayanesa desde los 20 años, siempre entusiasmada por la historia regional no solo se encarga de producir los personajes más conocidos de la historia nacional, si no, también aquellos que son fácil de olvidar por el colectivo general como Rosa Berné o los locos de Ciudad Bolívar, que nos dejan valores como la disciplina, la constancia y la sinceridad.

Esta mujer de tez morena; ojos oscuros, enmarcados por sus lentes; cabello gris y blanco con algunos destellos, de lo que era su color original: negro; y arrugas en el rostro, que denotan los años que tiene, es conocida por su carácter fuerte, esa personalidad imponente que se demuestra al hablar con esa firmeza que la caracteriza.

Como madre es algo desapegada de sus hijos, poco le importa si estos se interesan por su trabajo o sus logros, aunque siempre buscaba inculcar ese cariño por su tierra, su duro carácter no se sosiega en el núcleo del hogar, su hijo la describe como una mujer de fuerte temperamento pero una buena madre, decidida y que sabe lo que quiere.

Para sus compañeros trabajar con Milagros Figueroa es encantador, sí, es una
mujer imponente, pero también es una mujer de las que se puede aprender todo los días. Cuando no le gusta una cosa lo dice, no se calla nada, una mujer que sabe de todo y no le hace falta revisar los libros para hablarte de la historia de Guayana, corrige cuando hay que hacerlo, pero da créditos a quien lo merece.

Parte de la Batalla de San Félix realizada con
algunos alumnos de la Escuela Yocoima
En el plano personal, como amiga, es muy complaciente, alegre, descrita como “muy buena persona”. Pero aún fuera de lo laboral lleva un tema consigo a todos lados: la historia, podría decirse que es su talón de aquiles, y es que si quieres insultar a la señora Milagros no hay mejor forma de hacerlo que no conociendo la historia de Venezuela, y en especial de Guayana, es por esto que es considerada una persona sabia entre sus allegados.

Entre las personas que han marcado su vida estan aquellas prostitutas de la calle Bolívar, mujeres hermosas que ella ha querido enmarcar en sus muñecas, pero que no lo ha hecho por convencionalismos. Recuerda con especial nostalgia a una mujer conocida como Ramona “la autobús”, llamada así porque el autobús en aquella época valía medio, y las comparaciones entre el precio de esta mujer y del transporte público no necesitan más explicaciones; la recuerda por su bondad y no por su oficio, la recuerda por ser esa mujer amable que se paraba en la ventana de su casa a ver las muñecas que había hecho.

Para Milagros Figueroa personajes como este son los que hacen ciudad, los que construyen la historia de una región y es que de eso se encarga ella, de difundir esas anécdotas de las que no se encargan los grandes historiadores, de dar a conocer esas pequeñas historias detrás de esos seres que aparentemente no son importantes pero que pueden marcar la época en el inconsciente colectivo.

Detrás de sus muñecas se puede encontrar un gran trabajo de investigación, de recolección de anécdotas, documentos y entrevistas. Investigaciones profundas para saber la vida de un personaje, no sólo conocer su oficio y de que se trataba, sino también cómo son recordados por la memoria colectiva de la región, estas averiguaciones son ejemplos de su constancia y dedicación a lo que más quiere, su tierra. Sólo hace muñecas de personajes que le gusten, pero hasta ahora no se ha encontrado con un personaje malo, o que no esconda una historia que valga la pena ser contada.

Actualmente se comenta que la señora Milagros siente un dolor un inmenso por cómo se está pisoteando el patrimonio de Ciudad Guayana, porque la gente poco a poco ha ido olvidando lo que es la historia. Para ella no hay mejor forma de superar una crisis que dando a conocer a las generaciones más jóvenes la historia de su región o de su país, porque como dicen muchos la mejor forma de saber a dónde vamos es conociendo de dónde venimos.

Nunca ha considerado dejar su ciudad, o irse de Venezuela porque aunque ha tenido luchas fuertes por el patrimonio de Guayana, donde se ha ganado un par de adversarios, dejarla no es una opción, es por esto que lucha, por su terruño, y su manera de contribuir es difundiendo la historia. Se juzga a sí misma como Guayanesa de pura cepa y es así como muchos la consideran, una incansable defensora y amante fiel de la cultura de Guayana.


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