miércoles, 30 de noviembre de 2016
domingo, 27 de noviembre de 2016
POEMAS de ERRO (Ender Rodríguez)
V - I - D -
A
Hágase la
luz dijo el bizco “hueco de sesos”
Arrastro yo
estos huesos
hace cuarenta y cinco marzos casi
Va y viene
la luz en la noche / La vida me la suda
Mi madre
solía serlo Sus huesos trajeron a los míos
Mi padre
cueva de Poe era tras la roña flor de lis
Mi madre no
roñaba Hilaba el pan con el moho de la abuela La que mataron en ese hospital
Ese hospital lo mandó a hacer el bagre El bagre mandó a matar a muchos
Mi padre
murió en el Porteñazo y aún sigue vivo
su pistola
62 tierrayarca chuki
no prendió
más ON /
Ni apagaba en OFF
Mi columna
vino rota
Uno de mis
hijos no sabe lo que creo que sabe El otro menos aún
A mi mujer
se la comió un babo en Cabruta sin darse cuenta
La vida me
engaña y celebro el desengaño con el cuchillo en un ojo El ojo sabe de mí y
acabará todo mal si el cuento del ojo es en serio Eso por lo menos decía mi
abuelo El que escapó a los tigres montando un árbol de serpiente de río
Un pinche
marzo vine
y si quiero
no vuelvo a venir más
2. Sin título
En ese
carrito de frutas
hay una
mujer que exprime naranjas
de una forma
taaannnn teeerriiibbbllleeee
Me tiene
todo nerviooosssoooo
Se chasquean
las naaaraaannnnjaass
tan
dulciiiitas
y
lííííquidas
Pero quéé
fragancia
Ayyy pero
quééé riiiicooo
pero quééé
jugos
uyuyuyyy
ah
yyaaayyaaay
Esa mujer
que exprime
todo eso aí
Definitivamente
va a acabar
con la paz
del barrio
Ya lo verán
ya lo verán
3. Niñez
DE niños
a veces
crueles
sacábamos
vísceras de ranas
y con
piedras
las cocíamos
ahí dentro
luego
nos cocían
con otras
piedras
nuestros
tíos
en casa
y por fuera
Era una
extraña
niñez
epocal
4. Sin título
Mi hermano y
yo nos casamos dos veces con la misma mujer
Y ella hizo
lo mismo con su hermana y dos tipos dos veces también en forma de peligroso cuadrángulo
Todo esto
pasó por culpa de la TV y la mala propaganda
martes, 22 de noviembre de 2016
La palabra en las alturas del halcón
“Me gustaría que Venezuela fuera más que una canción”
Héctor Gustavo Alvarado
Por: Pablo J. Fierro C.
Lo que entiendo de Héctor es una autenticidad digna de respetar; un encuentro eventual en la sencillez de las aceras, ateneos, vías virtuales y sobre todo en poesía escrita, que a mis ojos resalta en el contexto de las voces valencianas, sin el debido auge que fuera de cualquier abordaje ontológico ordinario, debería rodear su poética. PF
DD: Poeta, ¿qué significa para usted la palabra "Fiesta"?
Más allá de una reunión entre seres queridos, Serrat con ironía en su canción, genera mucha creatividad. El arte es una fiesta muy personal entre el espíritu creador y el artista: la fiesta de las palabras... por ejemplo.
DD: ¿Cómo se la lleva hoy con esa fiesta artística en la que usted es protagonista activo a partir básicamente de la poesía?
Más vivo que nunca... y con la actitud de un halcón, el enfoque de un arcoíris y el valor agregado al oír un tango como destino final... a eso le llamo “propósito” –Otorga importancia a esta palabra, acentuándola.
DD: Cuando mencionó a Serrat hice un breve recorrido por la letra y me recreé en la frase "Hoy el pobre y el villano bailan y se dan la mano sin importarles la facha", la asocié un poco, antes de que me hablara de tango, con el "Cambalache" aquel de Discépolo ¿Va por ahí su referencia al término ironía?
Correcto hermano; tiene que ver con un estado de conciencia, desde hace más de medio siglo tengo recuerdo de ese trovador... y ambas letras son memorables y más vigentes por todas las calamidades que vivimos… Claro... hay muchas islas por navegar en las aguas de la imaginacion.
DD: ¿Cómo te gustaría que estuvieran las cosas en Venezuela sobre todo de aquí a unos años, en cuanto a las relaciones humanas?
Con el corazón y un rosario en mis manos Pablo, recién cumplí cuatro décadas de conocer y vivir en Europa... y mi frustración como citadino e intelectual, es que esto no ha cambiado; pero me gustaría que Venezuela fuera más que una canción... y fuera el relámpago que construyó su casa en la tierra.
DD: Bueno, ya analizaremos con calma esa poderosa expresión final, por el momento, observando tu actual desempeño radial, y dentro de la idea de una Venezuela "canción", ¿piensas que el reggaetón pueda ser una metáfora de los tiempos que nos ha tocado vivir?
No cuestiono el hecho fortuito del género, sino el mal gusto musical de los directores y programadores con mucho poder, y que hayamos vivido para contar esta pobre historia del comercio musical.
DD: ¿Qué anuncia un el relámpago?
Identidad, una senda, un estado lumínico humano.
DD: Siempre recuerdo una entrevista a Cabrujas en la que afirmaba que la identidad del venezolano era no tener identidad ¿es para conjurar esa sentencia que añoras ese resplandor en la vecindad?
Yo quedé absorto impactado cuando leí y releí “El día que me quieras” de Cabrujas, luego la vi en dos puestas en escena por dos directores y aún no salgo del genio cabrujeano, la mía culpa de no saber quienes somos; pero sin tapujos... claro que sabemos lo que somos: una cosmogonía nada estática; soy y seré un nómada... esa es la ruta, sin restarle opción o mérito a un rostro nacional. Fíjate que pienso que Luis Aparicio desde su experiencia deportiva, puede darnos con la humildad del caso, una clase magistral.
DD: Sin dudas, Luis Aparicio es un ejemplo sempiterno. La dificultad del intelectual, como el dramaturgo en cuestión, es que va un poco más allá, al batear, de la onomatopeya del contacto entre bate y pelota -el "toc"-; sin subestimar la vida pública y ejemplar de Aparicio, un intelectual, y especialmente Cabrujas, es más sonoro, más palabra; y para ir cerrando poeta, me gustaría alguna reflexión personal en general y la mención de dos nombres en poesía que le resulten destacables; un hombre y una mujer.
En España vi a unos chicos discutir en torno a una obra de Cabrujas, “Acto Cultural” Creo... -yo más que todo me refiero es al concepto de excelencia mediante la disciplina-. Muy bien: “El camino no elegido” del poeta Robert Lee Frost, poesía de Kabir y Tagore. Toda la obra de Cesar Vallejo y de Octavio Paz. Tiemblo cuando estudio a Santa Teresa de Jesús “Moradas del castillo interior” y el “Cántico espiritual” de San Juan de la Cruz. Hay un texto que me impactó y motivo una fuga a Colombia “Los elementos del desastre” de Álvaro Mutis. Y para concluir me gusta mi libro “El animal metafórico”. Muy agradecido.
DD: Gracias, Héctor.
Celebro el esfuerzo de un trabajo profesional que tú conoces y te entusiasma.
FUENTE / DiarioDigital
https://sites.google.com/site/diariodecir/pdf
domingo, 20 de noviembre de 2016
Miranda como motivo y actor literario
JOSÉ CARLOS DE NÓBREGA
1.- Miranda según Téllez.
El ensayista Pedro Téllez acaba de
publicar “El Diario de Viajes de Francisco de Miranda” (2016), un volumen que
por fortuna trasciende el formato académico para consolidar una propuesta
escritural propia e incluso afín a la del Generalísimo. Por ejemplo, Téllez es
de los pocos que incluye a Miranda en el panorama literario venezolano y
latinoamericano de todos los tiempos [Arturo Uslar Pietri, Pedro Henríquez
Ureña y Sánchez-Barba son sus antecedentes de excepción]. Alega que el Diario
mirandino se inscribe en la anti-literatura, pues su austeridad estilística
justifica la configuración de un “objeto enciclopédico” de contrabando: Tenemos
la mixtura o fusión de la crónica de viajes, el registro etnográfico, el
coleccionismo compulsivo del entomólogo y el filólogo, el picante relato oral,
la crítica estética y la de costumbres.
Sólo que el Miranda viajero y
memorialista se desplaza a contracorriente del cronista de Indias o del
intelectual romántico como Goethe: Este blanco de orilla [proveniente de la
periferia] posa sus ojos mestizos en el Centro occidental del Poder [Francia,
España, Rusia o el Imperio en ciernes que era entonces Estados Unidos] para
encaminar su pulsión emancipadora. Detrás de las notas escuetas de este
“Agendario”, contentivas del hastío galante y diligente, se esconde un Proyecto
de liberación de la América Latina, cuyo aliento visionario y vanguardista
calza con el grado cero de la escritura y, mejor aún, con la objetualización
del pensamiento complejo de Don Francisco. Claro está, Téllez comenta que
nuestro prócer enarbolaba una bandera libertaria que se movía de lo intelectivo
a lo militar: “Miranda diferencia por tanto entre la opresión física y la
intelectual que sería más cruel”. Además de precursor y mentor de la
Independencia, tenemos a un escritor de raza difícil de catalogar:
Proto-ensayista como Bolívar y Simón Rodríguez, memorialista al igual que el
duelista Rufino Blanco Fombona y el aventurero Rafael de Nogales Méndez.
Buceando en la Teoría de la Recepción
para generar una ágil y vivaz glosa ensayística, el comentarista hace de las
suyas al observar que de la cotidianidad del diarista se desprenden
paradójicamente pasajes que conmueven, reconfortan y despiertan el morbo
lector: “Interesa literariamente su Diario de Viajes por el fluido de paseos,
comidas, coitos, más que las notas históricas con ‘h’ mayúscula, memoriales y
reseñas de acontecimientos de gran repercusión”. Precisamente, Pedro Téllez
destaca más adelante que el monumental diario de Miranda no sólo vivencia y
toca de lleno el siglo de las luces, sino también le da sentido totalizador a
su vida heroica y fabulosa, al punto de dibujar un intervalo brillante con un
extremo cerrado y otro abierto. El autor de “Colombeia” realiza en el Diario un
peculiar vaciamiento de su espíritu romántico cercano a Byron y Goethe, sin
cortarse las venas ni diciendo toda la verdad que es un desangrar del corazón,
tal como nos lo enseña hoy Gracián. Esta aproximación cómplice y familiar a
Francisco de Miranda, se agradece también porque cuenta con una Galería de
fotos, catálogos, reproducciones y grabados que allanan plácidamente la mirada
curiosa, voyerista y concupiscente de los lectores por venir.
2.- Miranda según Miranda.
La Biblioteca Ayacucho, en su
colección “La Expresión Americana”, nos ofrece en versiones física y digital su
“Diario de Moscú y San Petersburgo” (1993), cuya selección y presentación
estuvieron a cargo de Oscar Rodríguez Ortiz. Comprende el intervalo temporal
que va del 11 de mayo al 6 de septiembre de 1787. El Diario, por obra y gracia
del compilador, pareciera una extraña novela policial o de espionaje: El Tour
ruso de Miranda va en pos de la Emperatriz Catalina II, cuyo recorrido se ve
favorecido por aliados como el Príncipe Potemkin e importunado tanto por la
Inquisición española y sus agentes como por las envidias y hablillas de la
Corte. Nuestro protagonista y autor, sublima y diversifica el móvil de su
empresa caballeresca: la solicitud de ayuda financiera para la causa
independentista de América, la admiración agradecida y el solaz lúbrico con la
matriarca real. Por otra parte, Francisco Herrera Luque en “La Historia
Fabulada. Segunda Serie” (1982), escribió una radionovela que registra el trío
amoroso entre Miranda, una horrible Catalina y la púber Colombeia que lo seduce
y enguayaba. La épica mirandina hecha escritura autobiográfica, descuelga años
después textos diversos y paradójicos.
Este diario puntual de Miranda
ratifica la condición de crónica de Indias a la inversa: Sacudirse el yugo
colonial implica conocer, catalogar y cautivar a Europa. Se vale tanto de una
indagación antropológica en la formalidad y el boato de los usos cortesanos,
como del magma informal y despojado del lenguaje. El marginado político,
religioso y social, no en balde su extraordinaria cultura europea, nos ofrece
la perspectiva insólita, heterodoxa y crossover de un latinoamericano en el
exilio. En esto antecedió a voces como las de Julio Cortázar, Alejo Carpentier y
Carlos Fuentes. La objetividad del sociólogo va de la mano cómplice con el
vuelo cachondo: La crítica estética, los comentarios mordaces a las
instituciones y la arquitectura, además del asombro conmovido ante el paisaje
de la Gran Rusia, atracan por vía de un ritmo telegrafiado y trepidante en los
coitos furtivos provistos por sirvientes bribones. La jornada unas veces cierra
lacónica y lánguida [“A casa fatigado”] y en ocasiones corona con una apetitosa
presa [“A casa y me trajeron una mala moza con quien dormí y chapé cuatro veces
en la noche, cosa muy extraordinaria para mí”]. Indudablemente, los Diarios de
Miranda desprenden un encanto objetual sin igual: Poseen el rigor de los
catálogos artísticos y los inventarios palaciegos, la riqueza artesanal numismática
y la bibliofilia que acaricia con la mirada y el entendimiento los clásicos
greco-latinos que donaría antes de morir a la Universidad de Caracas.
Asimismo la sabrosura de la picaresca
vertida en los encuentros libidinosos y las bellaquerías de mayordomos
envilecidos. Se entiende la consideración atenta a la figura de Pedro I, entre
la admiración por la abundante trascendencia de su obra política y el
desconcierto por sus desafueros megalómanos. Francisco de Miranda nos deja
presenciar a través de un resquicio otra cara mucho más refrescante y
enternecedora: Bien se apiade de una enculillada moza virgen a la que no
violentó su voluntad, o el feliz desconcierto que le provocaron los campesinos
de Viborg ajenos al valor de cambio y consubstanciados con el paisaje feraz
como si se tratase de una utopía ardiente realizada en la Tierra.