lunes, 24 de febrero de 2020

José Gregorio González, entre aparecidos y animales fabulosos



                                      APURE, UN ESTADO DEL ALMA

                                                                                                                          Roger Herrera
                                                                                                   

A tempranas horas de la noche, en el restaurant La Familia, comienza esta entrevista con el artista José Gregorio González, en San Fernando de Apure bajo un calor indescifrable, para no decir otra palabra.
-¿Cuándo te inicias en la carrera poética?
-Bien, un tanto complicado para mi, por cuanto la poesía implica la totalidad, entiéndase con la entrega de la vida, el cuerpo, la obra, lo que uno observa y lo que uno es capaz de transformar. Se produce fundamentalmente cuando me inicio en las artes plásticas. Todo giró en torno a esa inquietud por ver transformar los fenómenos que ocurren alrededor, la transformación de la materia, la del verso, de la materia prima que en todo caso son las bases que uno tiene para ver distinto el mundo. Mis textos giraron primeramente en torno a la narración, yo hice primero que nada, pequeños cuentos que guardé por mucho tiempo, luego veía que tenían alguna autonomía de mí y en cierto modo empecé a respetarlos, los atesoré, los guardé. Viví en distintas partes del País y siempre me acompañaron esos papeles, a veces eran papeles viejos, maltratados por el tiempo, pero esa templanza, ese hecho de envejecimiento le daban una vigencia para mí que asombraba, entonces opté por reelaborarlos, por consultarlos y ahora tiene forma de poemario. Ahí está Rebote.
-¿Qué poetas te sellaron?... propicio es que a partir de estas primeras cervezas, ¿Quiénes influyeron en tu forma de hacer poesía?
-Yo llegué a tener una inquietud temprana por conocer a Ramos Sucre, incluso viajé a Cumaná  a la casa de Ramos Sucre en 1977 y tuve contacto con los amigos que hacían talleres literarios con textos de Ramos Sucre, me llamaron la atención profundamente,  pero nunca pude tener un texto, aunque si tenía referencias anteriores a través de una poesía muy reveladora como la de Rafael Cadenas y Ramón Palomares quienes no evocaban explícitamente a Ramos Sucre, pero me parecía que su construcción tenía que ver con la universalidad, porque pienso que ese tipo de poesía envolvía más que todo a “otra” que tenga una puntualidad en el verso, resume el mundo cultural, el mundo escondido, subterráneo y el mundo cosmopolita. Es decir da una simultaneidad en una lectura totalmente desapercibida aparentemente por muchos mortales, pero que en el fondo subyace toda una vivencia profunda que tiene que ver con la búsqueda estética y con el legado cultural de muchos pueblos.
-¿Qué significa para ti Rebote y si en tu ánimo existe actualmente un libro como ese?... El río, la bulla social, esta misma entrevista aleatoria, ¿Que te dice?
-Rebote en mi es algo que en primeras palabras implica todo un peregrinaje, eso en el fondo tiene toda una serie de conceptos que siguen pululando y que ha estado viviendo, ahora que mencionas el río, han ido transitando por un río, un río contrario. Porque todo ese discurrir, este palabreo, esta fuerza que en algún momento salió de mi, llegó a lograr su independencia. Ese remontar ha dado tantos tumbos que simboliza algo como el que deambula, algo como las búsquedas que consiguen sus derroteros y es en la constancia que quise simbolizar a Rebote, de la manera más sencilla, de manera que la connotación es que si tu arrojas algo al aire no caiga en el vacío, si no que tenga una respuesta, así  sea en ella misma. Y eso me ha dado una satisfacción, porque he visto que sigue el curso de la vida, el mensaje sigue lo que se planteó en medio de su vigencia. Ahora el hecho que no haya sido producto de un rebotar en tanto tiempo, este haya sido macerado y producto de la reelaboración de muchos textos, incluso el hecho que se convierta en poema fue para mí momento de una gran intensidad que me tocó vivir. Si, es posible que se pueda plantear otro libro, pero no con la estructura de Rebote, porque el libro ha sido algo tan difícil ya que sus elementos no se podían decantar. Era imposible estructurarlo de otra manera y la única forma de que percibiera ese texto, ese planteamiento llamado Rebote era tal cual como quedó.
-Creo conocerte desde hace unos veinte años, tanto a ti como a Mayanín.. ¿La recuerdas? la artista plástica, al igual el dibujante Erasmo Sánchez y a otros artistas de esa época, en la Escuela de Artes Plásticas “Cristóbal Rojas”, en uno de sus momentos más efusivos. ¿Cuál ha sido tu camino con la palabra? Porque sé que fundaste “Flor de Bora” periódico cultural donde no solo yo llegué a colaborar, también mucha gente del centro y de la provincia venezolana en general y que marcó una relación extra temporal y extra espacial con la realidad cultural del País. Quisiera que nos hablaras de ese hecho, ¿Cómo te ves a ti mismo?
-El caso de mi trabajo implica un estado del alma, estado de intimidad. Es cierto como tú dices que uno guarda textos, imágenes, recuerdos. El simple hecho de la vida fútil y pasajera de cómo pasan y se dan las cosas en una ciudad como San Fernando donde casi nada sucede, forma parte de esa vivencia. Pero en el fondo es importante que se contenga una memoria, una palabra, una imagen de una vitalidad tan profunda y extraordinaria como es lo que uno capta y la que nosotros captamos a través de la experiencia de Flor de Bora. La experiencia forjada por gente como Asdrúbal Hernández, Lucía Salerno, Luís Camejo y otros jóvenes que en serio van en busca de derroteros con más fuerza en cuanto a militancia estética, pues sabemos sobre cuestiones que ciertamente tienen que ver con oportunidades si es de oportunidades, pues la aventura de nosotros está en rechazar de plano cuando la oportunidad no es realmente el calibre para medir fielmente cual es el lenguaje y las manifestaciones que se quiera dar a entender. Pienso que la aventura de Flor de Bora nos dio la magnífica oportunidad de
Construir y plantear que si es posible emprender un camino en la cuestión cultural, solamente como los cuatro años al frente de este Suplemento cultural, es decir entre los años 93-97, tuvimos la oportunidad de plantear, si se quiere,  que era lo que necesariamente había que hacer aquí en materia cultural y quienes podían dar las respuestas y quienes podían ser los interlocutores válidos para hacer una reflexión en torno a: quienes somos, hacia donde vamos, de dónde venimos y qué hacer con respecto a la cultura, que en la región de los llanos se ha visto tan mermada, tan minusválida ante el País.
-¿Pero no hace parte de esta visión a partir de la gente del centro? ¿Podrías nombrar algunos poetas de valía del Siglo XIX y comienzos del XX en Apure?
-Juan Vicente Torres Del Valle, José Natalio Estrada, Edwin Madrigal, Felipe Martínez Veloz y Julio César Sánchez Olivo.
-¿No crees tú que esa propuesta de apartarse, vivir interiormente, como en la edad media, vivir hacia adentro, haya contribuido con la poca difusión que tienen los valores literarios nacidos en el llano?
-Te podría decir que los llaneros vivimos hacia dentro. Es verdad, pero ese afianzamiento de lo interior nos provee del material y la reflexión necesaria para la creación. Para nosotros el centro no es más que una referencia (o debería de ser), un escalón, una forma de vida distinta, pero tal vez no la mejor opción, más bien el centro se ha caracterizado por apartarnos, por relegarnos desde mucho antes de Gallegos quien selló la fórmula civilización-atraso, nosotros hacia adentro en post de la plenitud y no de la barbarie y el olvido. Si de oportunidades se trata, nosotros construimos nuestra propia oportunidad, no andamos velándola ni pidiendo permiso a la hora de crear.
En un receso logramos escuchar buena parte de “Amiga, novia y amante” de Jesús Moreno, pero instrumental. Bueno, con todo lo ruidoso que pueda ser, por lo menos nos acompañó en este errar, no de yerrar, si no por lo de errabundo, por la sabana de la palabra.
-A mi me sigue pareciendo que lo que tu documentaste sobre la generación a la cual tu perteneces es interesante en tanto ustedes anuncian como un florecer, aunque aún no observado por los críticos. Ustedes deberían plantearse crear una especie de antología de la nueva poesía apureña o de los nuevos narradores. Un poco más allá de lo que hizo el grupo “Humo y Tabaco” en los años sesenta y un poco más allá de lo que han hecho otros forjadores de las letras y de las artes plásticas en el estado.
-¿Tienes otros trabajos inéditos?
-Sí, me han llamado la atención siempre los ensayos. En materia de ensayo te puedo  decir que si tengo casi listo un libro. No tiene un título definitivo porque lo construí a partir de una reflexión en torno a: Primero, nuestros creadores y Segundo: el quehacer dentro de este medio apureño, tomando como referencia un poco, la herencia de nuestros aborígenes quienes han modelado con su propia arcilla todo lo que somos y desde esa perspectiva allí va a estar la totalidad del libro, porque todo lo que hemos hecho y lo que podemos plantear tiene que tener un cordón umbilical y debe ser así.
-¿Cuál es tu concepto humano del mundo desde el hecho político?
-Mi concepto humano del mundo proviene de las lecturas del marxismo-leninismo, esto en el ámbito político, en el área de la poesía fui influido por las lecturas a César Vallejo, Ramos Sucre, Pablo Neruda y otros y con referencia a la plástica tendría que citar necesariamente al profesor Régulo Pérez en el País y a Pablo Picasso por el resto del planeta. Estos personajes prácticamente me dieron la medida del mundo, una manera distinta de ver la realidad. Por lo tanto para mi poética, el discurso inherente a los signos y símbolos del llano, ejemplo de ello, estoy compilando un material donde recupero cierta memoria del llano y del río a través de los “cachos” echados por diversos personajes de la costa del río y de la sabana, cuentos de aparecidos, de animales fabulosos: toninas endiosadas, caimanes y tigres transmutados en hombres. Lo humano abarca todo esto.

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